A unos 100 kilómetros al sureste de Cusco, Perú, existe un arcoíris hecho montaña. Las tonalidades multicolores se deben a los distintos minerales que cubre en capas la zona. Estas sustancias naturales comenzaron a formarse hace 65 millones de años cuando el agua y la lluvia cubría sus laderas y cumbres. Con el transcurrir del tiempo, el clima extremo fue deshelando la nieve que allí se formó develando al mundo lo que es hoy uno de los más importantes atractivos turísticos del Cusco.